Es lo primero que se aprende al usar armas de fuego, pero sigue siendo el principal olvido al manipularlas.
Hay una cosa que es fundamental a la hora de manipular armas, que no debes olvidar jamás, y es el escrupuloso respeto a las normas de seguridad, porque existen por una muy buena razón: evitar percances.
Los usuarios de armas, sobretodo aquellos que ya tenemos cierta familiaridad con ellas, les perdemos un poco del respeto (que no es sino un sinónimo de miedo) que les teníamos al principio de usarlas, olvidando que cualquier accidente con esta herramienta puede suponer una lesión grave o incluso la muerte a nosotros mismos o a terceras personas.
Sea cual sea tu primer contacto con armas de fuego (cazando con amigos, al acceder al ejército, en la academia de policía, en las prácticas como vigilante…) debería ir precedido de un repaso extensivo e intensivo de las normas de seguridad en su manejo, y es que cualquier error o despiste puede ser fatal. No en balde, en algunos armeros policiales pueden verse letreros que dicen “no existen los disparos accidentales, sino los negligentes”, y es que el hecho de respetar las normas de manejo nos tendría que evitar casi cualquier accidente.
Pero, si aún así ocurren accidentes, ¿sabes qué puedes hacer para evitar problemas con la manipulación de las armas de fuego?
La automatización a la hora de manipularla, el cansancio, la rutina… son nuestros peores enemigos. Debemos practicar el ahora tan de moda mindfulness a la hora de manejar un arma, teniendo conciencia plena de cada paso y ejecutando cada acción deliberadamente, sin dejarnos llevar por la costumbre y la familiaridad. Ser plenamente conscientes al coger el arma, alimentarla con un cargador, tirar de la corredera para cargarla, bajar el martillo, enfundarla, colocar los seguros de la funda… es un ejercicio que ayuda a que mejoremos un poco cada vez, pero que al mismo tiempo evita disparos accidentales y manipulaciones indebidas.
Así que ya sabes qué tienes que hacer a partir de ahora, y se acabaron las “conversaciones de armero” y las pruebas de último minuto con el arma en la mano y sin saber si hemos cargado o no la recámara….
Y ya, por último, enumeramos las cuatro normas básicas tal y como las formuló el Teniente Coronel de los Marines, Jeff Cooper, con la adición de otras que, aún de sentido común, nunca está de más recordar y tener presentes a la hora de manipular armas de fuego:
- Trata a todas las armas como si estuviesen cargadas. Y aún cuando no lo están, trátalas como si lo estuvieran.
- No apuntes a nada a lo que no quieras disparar, y mantén el arma en dirección al lugar más seguro posible. Para aquellos que insistan en que el arma está descargada, que se revisen la primera norma.
- El dedo no debe apoyarse en el disparador, salvo para disparar. Esta es la Regla de Oro.
- Identifica el blanco y lo que hay por detrás de él. Nunca dispares si no estás absolutamente seguro de cuál es tu objetivo.
Y, a continuación, el resto de normas a aplicar:
- No manipules armas habiendo consumido alcohol, drogas u otras sustancias
- Verifica visual y táctilmente que has descargado tu arma
- En la galería, las armas siempre apuntan hacia los blancos
- Ni mires ni pongas la mano frente a la boca de fuego
- Usa protección para ojos y oídos, siempre que sea posible, al disparar
- Antes de manipular un arma, aprende cómo funciona
- No dispares contra superficies planas ni contra el agua
- Si durante una práctica detectas un problema de seguridad o manejo, díselo de inmediato al instructor
- Detén la práctica inmediatamente si existe algún riesgo
Como te he dicho, a este listado podríamos añadir algunas más, pero en definitiva todas apelan a lo mismo: al uso responsable y consciente del arma.
Muchas gracias por llegar hasta aquí.
Te deseo un muy buen servicio y recuerda: ten cuidado ahí fuera…
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Agente C
Agente de policía
Perito en Uso de Fuerza